13 dic 2007

Guareschi y la paradoja de Don Camillo

por Francisco Báez Rodríguez (Tomado íntegro del blog de piedras: “Experiencia para llevar” de la famiglia bloguera)
Cuando nació mi segundo hijo, le pusimos Camilo porque el nombre me gustó. De inmediato salió, de varios cuates del ámbito de la militancia izquierdista, la pregunta: “¿Es por Camilo Cienfuegos o por Camilo Torres?”. Por jugar, y por llevarles la contraria, siempre respondía: “Es por Don Camillo, el cura que se enfrenta al onorevole Peppone”. Sólo aquellos con formación cristiana sabían de qué estaba yo hablando.

Me refería a las películas de Duvivier, con los comediantes Fernandel y Gino Cervi, basadas en las novelas de Giovannino Guareschi que tienen como personaje central a un sacerdote católico, “no clerical”, que oficia en un pequeño pueblo de la llanura padana (en la provincia de Regio Emilia, vecina a Módena) y se enfrenta cotidianamente al alcalde (y mecánico), el comunista Peppone. Las películas me divertían, especialmente porque me recordaban los rollos locales de Emilia-Romagna (recuerdo un discurso de Peppone en la URSS, en el que habla de la propiedad diurética del agua mineral emiliana que me tuvo retorciéndome de risa, pero había que haber vivido en Emilia para entenderlo).

Don Camillo y Peppone son enemigos políticos e ideológicos, pero también son coterráneos, copartícipes de una misma cultura y, a fin de cuentas, cómplices. Por ello, muchos vieron en las novelas del derechista Guareschi un anticipo del “compromiso histórico” con el que se quiso unir políticamente al “pueblo trabajador” y el “pueblo católico”, enfrentados desde el inicio de la segunda posguerra.

Al final de una de las cintas, Don Camillo y Peppone se están persiguiendo en bicicletas. Se rebasan mutuamente. Están luchando entre sí, pero con una sonrisa. Viven en una confrontación constante, pero se reconocen, se estiman. Corren juntos el camino de la vida.

Don Camillo es un cura poco ortodoxo, algo mentiroso, listo para la trampa y bueno para los trompones. En la primera película hay un partido de futbol, los “rojos” contra los “blancos”, y el broncudo sacerdote recibe merecida tarjeta roja del árbitro. Luego se sabrá que el alcalde compró al silbante… y que el enojo del cura era porque él también lo había sobornado, sólo que por menos dinero.

Hay alguien que siempre lo cacha en la trampa (en la mentira, en la exageración, en la ira) y es el Cristo crucificado de su parroquia. Ese Cristo le habla con voz tipluda –algo impropia, pienso yo- y Don Camillo le responde. Es una percepción real, que le quita al cura la exigencia de tener fe, de creer sin ningún sostén.

¿Tenía fe Don Camillo? No necesariamente, porque tenía una prueba sensorial de la existencia de Dios. Pero tal vez sí: la tendría sólo si dudaba que la voz viniera realmente de Cristo, y si superaba esa duda. En principio no lo sabemos, y la figura del sacerdote termina siendo engañosa, porque si existe contacto real, la fe se vuelve innecesaria.

Guareschi, de buen cristiano, resuelve la paradoja, al explicar su libro. No es Cristo/Dios el que habla con Don Camillo. Pero tampoco esa voz es un parto de la fantasía del cura, o una alucinación. “Es la voz de mi conciencia”, define el autor, “porque quien habla en mis historias no es el Cristo, sino mi Cristo… cosas mías personales, asuntos míos internos”.

"Me basta siempre lo que Dios me concede”, dice Don Camillo, “Si Dios me pone el dedo no le agarro la mano… aunque a veces querría agarrársela”. Es una filosofía en la que el hombre nunca está solo, está contento de la compañía de Dios, no intenta agarrarle la mano y aferrarse a ella, pero deja que la mano divina tome la suya.

11 dic 2007

¿Por qué no te callas…?


Esta frase tan famosa hoy en día marca un hito en la manera de hacer política. El por qué a continuación.

Desde hace mucho se sabe que la izquierda está fraccionada, lo que no se sabe es el porqué, y que es lo que denominamos como izquierda. Lamentablemente las fronteras entre izquierda y derecha han perdido el rumbo, debido en gran medida a todos los autoproclamados de izquierda, que son aquellos que proclaman que al ser humildes y venir de la raza son de izquierda.

La izquierda se concibe por las prioridades en la toma de decisiones. Si a un legislador que se considera de izquierda le interesa más sacar una reforma que aumente su salario, que una que pueda paliar la pobreza en algún sentido estamos en un concepto fallido de izquierda política.

La izquierda se construye por ideales, fines y medios. Idealmente su principal objetivo es acabar con las diferencias en oportunidades de crecimiento en los distintos estratos socioeconómicos de la sociedad. Lamentablemente, en su andar ha perdido el rumbo en más de una ocasión.

En México no ha sido la excepción, grupos de izquierda han terminado desquiciando a la sociedad con actitudes contrarias a los ideales de la misma izquierda, casos tan sonados como el de Lucio Cabañas y el movimiento de los 400 pueblos muestran esos extremos a los que la izquierda es capaz de llegar.

Actualmente a la izquierda se le presenta una nueva oportunidad para reformarse y seguir su proceso de maduración. Que en los últimos meses ha sido muy duro, le tocó perder una elección que ya tenía prácticamente en la bolsa, todo por que en su momento no se supo distinguir que lo importante era el medio democrático para implantar los ideales izquierdistas, en cambio únicamente se pensó en los puestos políticos que representaba la victoria. El desenlace de esa derrota la conocemos todos, una especie de esquizofrenia que paralizó a la ciudad de México y se debilitó el movimiento real de la izquierda. Mismo que no ha logrado entender que las masas votan en la urna, y no en la calle.

El por que no te callas es reflejo de la izquierda que no queremos, una izquierda como la de Hugo Chávez, una izquierda necia y golpista, que priva de libertades a sus ciudadanos, tal y como Cuba lo ha hecho en el castrismo. Por lo tanto como consumidores debemos saber distinguir que izquierda consumimos, la izquierda de Bachelette o la de Chávez, si queremos a un Evo Morales o a un Lula, y sobretodo si queremos más Noroña o mejor a cualquiera de Alternativa Social.
Esto último tiene mucho que ver con el tipo de discurso que cada uno tiene, mientras unos proponen alternativas, otros solo se dedican a vender una frase (e.g ¡no al gasolinazo!, voto por voto) y a golpear a la democracia propositiva con consignas y sin argumentos, quien no me crea desvelece un día y vea los debates del IFE en el canal 11, es triste ver como quienes no tienen argumentos boicotean el diálogo que finalmente es el camino y medio más justo que existe. Por eso algunos miembros de la izquierda mexicana siento que han perdido el rumbo, a todos ellos "por favor multipliquense por cero".

1 dic 2007

Nuevo aires: nuevo trabajo (Management Solutions-Santander)

El 12 de noviembre empezó una nueva era en mi vida, desde ese día comencé esta nueva etapa: la de trabajador, o bien como la de todo un ejecutivo.
El lunes mismo me enteré, bajo sorpresa propia que la forma común de trabajo en la firma es de una especie de outsourcing general para todos sus empleados. O lo que es lo mismo, trabajas para la firma pero tienes practicamente las mismas obligaciones y derechos que un empleado de la institución para la qeu trabajas (que por lo general es un banco español: léase Santander y Bancomer)

En mi primer día me dieron mi paquete de útiles escolares, que contenía:

  1. Una laptop con características muy modernas
  2. Memoria USB de 512MB con el logo de la firma
  3. Cadena para laptop
  4. Maletín ejecutivo para laptop
  5. 2 post-it con el logo de la firma
  6. Plumas y lapicero por supuesto que con el logo de la firma
  7. Pritt y gomas

Una vez equipado con tremendo surtido de útiles propios de un ejecutivo top management, emprendí el camino a mi nuevo lugar de trabajo: el corporativo de Santander, a unos metros de las oficinas de MS en el corazón de Santa Fé.